domingo, 26 de diciembre de 2010

Implementar el voto electrónico




Hoy, en la era de las computadoras e Internet, todavía hay escépticos sobre las ventajas del voto electrónico. Es lógico que existan quienes se opongan al sistema porque conocen los mil y un trucos del comité para manipular el voto a su favor. El voto electrónico posibilitaría la eliminación o disminución sustancial de adulteraciones y condicionamientos de la voluntad popular.

En Suramérica los casos más cercanos y recientes de implementación del voto electrónico son los de Brasil (toda la votación presidencial de 2006 se hizo con este sistema) y Paraguay (elecciones que se llevaron a cabo el 27 de abril de 2003). Éstos arrojaron, en términos generales, buenos resultados y cumplieron con las expectativas de las organizaciones electorales de cada país y de varios sectores que participaron en las jornadas como veedores y como evaluadores de las técnicas y mecanismos utilizados.

La república del Ecuador también se sumó a este avance tecnológico con motivo de las elecciones seccionales del 17 de octubre de este año. La experiencia adoptó la forma de prueba piloto en cinco parroquias electorales que totalizan un total de 60.507 personas, que representan el 0,7% de los electores. El resultado fue altamente positivo y los veedores internacionales constataron que no se presentaron dificultades técnicas ni de capacitación. En el plan piloto ecuatoriano intervino el Tribunal Superior Electoral del Brasil, el cual prestó a su similar ecuatoriano 700 urnas electrónicas; de estas, 271 se utilizaron en la elección y, el resto, en capacitación para los delegados de las organizaciones políticas y los miembros de las Juntas Receptoras del Voto.

La universidad brasilera Estadual de Campinas –UNICAMP-, del Estado de Sao Paulo , elaboró un documento sobre los componentes técnicos de la tecnología utilizada y los elementos claves para su seguridad, muestra que el manejo a través de este tipo de tecnología ofrece ventajas innegables en términos de agilizar el proceso y tiene un alto grado de seguridad, lo cual repercute en mayor confiabilidad y eficiencia. De todas formas, recomienda el acompañamiento de la sociedad, de los partidos políticos y veedores externos para asegurar un control máximo al ejercicio electoral. Lo anterior, se plantea en la dirección de evitar actuaciones irregulares desde la misma instalación del programa en la urna. Según Pedro Rezende, profesor de Ciencias de Computación de la Universidad de Brasilia, se podría presentar el caso de que el software instalado pueda sumar un voto adicional a un candidato específico, cada determinado número de votos.

Estimación de costos

A continuación se hace una aproximación de los costos para Colombia de la adopción del voto electrónico, tal como fue adoptado en Brasil y Paraguay, es decir, los costos por la implementación de la urna electrónica. Los costos de voto electrónico con validación biométrica no se estimaron, debido a que a la fecha es imposible realizar este tipo de inversión. Estos gastos superarían a los de una urna electrónica.


Los montos que a continuación se indican tienen en cuenta el valor de la compra de las máquinas y los costos de envío y transporte, sin incluir pago de impuestos, ni valor de la logística e implementación de esta tecnología electoral.


Costo compra de urnas electrónicas[1]
Valor en dólares de una urna
400,0
Valor en pesos de una urna
1.160.000,0
No. Mesas instaladas últimas elecciones
60.000,0
Valor total de compra
69.600.000.000,0


Si la decisión que se llegase a tomar fuera el préstamo por parte de Brasil, como el caso ocurrido en Paraguay, se tendría que pagar un costo adicional relacionado con el transporte y seguro de las urnas electrónicas, pero se ahorrarían los costos de la compra:


Costos del traslado de equipos de Brasil a Colombia[2]
Valor envío por urna del Brasil a Colombia
385.000
Valor seguro de transporte por urna
10.150
Valor seguro contra daños y robo en Colombia de cada urna
69.600
Valor envío 60.000 urnas
23.100.000.000
Valor seguro 60.000 urnas
609.000.000
Valor seguro contra daños y robo en Colombia 60000 urnas
4.176.000.000
Total
27.885.000.000


En resumen, los costos definitivos dependen de si se compran o se alquilan las urnas electrónicas. El valor en pesos que debe invertir el Estado para implementar el voto electrónico en 60 mil mesas (total de mesas instaladas en las últimas elecciones), varía entre $70 mil millones y $28 mil millones respectivamente. Hay que tener en cuenta que el primer cálculo implica una única inversión (las máquinas quedarían en Colombia); el segundo cálculo prevé una inversión casi igual cada vez que se realiza una elección. Cabe advertir que Brasil está dispuesto a arrendar las urnas requeridas por Colombia, aunque no se ha entrado en el detalle de comparación de los calendarios electorales del orden nacional en cada uno de los países, cuestión que podría limitar la oferta brasileña.

Unos primeros cálculos sugieren que la aplicación de una nueva tecnología puede llegar a reducir los gastos en los que incurre el Estado, particularmente en el rubro de gastos de personal. Esto porque se eliminaría el preconteo habitual y la digitalización de los distintos resultados electorales; en los gastos generales, con la disminución de los materiales, suministros e impresos, como son los tarjetones, urnas de cartón, formularios de elaboración manual por los jurados y otros.

Si se supone que el Estado compra urnas electrónicas para 60 mil mesas disponibles para las elecciones de alcaldes, gobernadores y corporaciones departamentales y municipales, programadas para octubre de 2003, el costo de la jornada electoral pasaría de $98.188 millones a $175.000 millones, es decir, aumentaría en un 78%. Este valor incluye los gastos generales de las elecciones, el valor de las urnas electrónicas, y los costos logísticos y de seguros.

Hay que tener en cuenta que los gastos en los que incurre el Estado por la compra de urnas electrónicas se realizarían una sola vez, es decir, que la tecnología adquirida puede ser utilizada para futuras elecciones. Únicamente tendrían que programarse para cada elección, en el caso específico de la aplicación de esta tecnología, los gastos relacionados con logística y seguros.

En resumen, la aplicación del voto electrónico en Colombia traerá algunos ahorros de recursos, particularmente en términos de papelería y gastos de personal, pero los incrementos serán mayores.

Si se compran las urnas electrónicas, el Estado tendría que invertir una cantidad considerable de recursos el primer año (casi un 78% adicional de los gastos en los que incurre actualmente), pero luego este valor se normalizaría y se llegaría a incrementos promedio por elecciones de un 19%. Si se escoge la opción de arriendo, la inversión inicial sólo implicaría un incremento del 30%, pero en los años subsiguientes, en promedio el Estado tendría que invertir 42% de recursos adicionales a los que se contabilizan hoy en día (sin urna electrónica).

Pero definitivamente la implementación del voto electrónico en mi país no se trata de una decisión técnica sino política. Una decisión que puede mejorar la transparencia e influir significativamente en nuestra democracia.

Qué decisión tú tomarías, la de realizar el préstamo de urnas por parte de Brasil cada vez que exista una elección  o la de comprar las urnas por una única vez?  Participa, danos tu opinión.

 


[1] El valor de las urnas oscila entre 350 y 400 dólares. Para el cálculo se tomó una tasa de cambio de 2900 pesos. El número de mesas corresponde a las instaladas para las elecciones de Congreso de 2002.
[2] El costo de envío es el equivalente, aproximadamente, a transportar de Sao Paulo, Brasil, a Bogotá, un computador personal entre 5 – 6 kilos, a través de la firma DHL. El seguro de transporte es del 1% del valor de cada una de las urnas. Adicionalmente, se establece el valor de un seguro durante la permanencia de las urnas en Colombia del 6% del costo de éstas. El 6% se debe a que las máquinas corren un alto riesgo por ser un blanco estratégico de grupos que quieran desestabilizar las jornadas electorales.

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